China

Es indiscutible, la capital de China es una ciudad grandiosa y no solo por su descomunal densidad de población (más de 22 millones de habitantes) sino por la cantidad de puntos de interés a visitar. Modernidad y tradición se mezclan sin apenas darte cuenta en Pekín y podrás encontrarte con maravillas arquitectónicas tales como el Templo del Cielo o la Ciudad Prohibida; lugares con muchísima historia como la Plaza de Tian’anmen o el Mausoleo de Mao Zedong junto a rascacielos y tiendas y restaurantes de vanguardia que te dejarán alucinando.








¿Necesitas ver con tus propios ojos aquellos ositos negros y blancos tan tiernos? En Chengdu abundan los centros de conservación y cría de estos animales en peligro de extinción, en muchos de ellos podrás ver a los osos panda en semi-libertad rodeados de bambú. Ve bien temprano por la mañana, que es cuando están más activos, y no dejes de informarte sobre estos lugares antes de ir, el buen estado de los animales es lo primero.
Además, Chengdu es la capital de la provincia de Sichuan, que cuenta con una de las gastronomías más interesantes (¡y picantes!) de China, ¿qué mejor que marcarse un safari gastronómico también?











Como si contemplar un ejército del siglo III a.C. de más de 8.000 figuras de terracota a tamaño real, con su séquito de caballos y carrozas no fuese excusa suficiente para viajar hasta Xi’an, esta ciudad se considera el extremo oriental de la famosa Ruta de la Seda, con todo lo que ello conlleva. En Xi’an podrás encontrar la China más tradicional representada por una bonita muralla y las torres grandiosas de la Campana y el Tambor, así como un barrio musulmán tan auténtico que no sabrás si estás en el gigante asiático o en Marruecos.











La Gran Muralla
Al contrario de lo que dice el mito, la Gran Muralla no se ve desde el espacio; sin embargo, la espectacular muralla de más de 21.000 kilómetros de longitud es una de las atracciones principales de China. Esta fortificación comenzó a construirse en el siglo V a.C. pero siguió ampliándose y reconstruyéndose hasta el siglo XV para la protección ante las constantes amenazas de invasión. A pesar de que muchas zonas se han visto fuertemente dañadas, la muralla sigue en pie y puede visitarse fácilmente desde Pekín. El tramo mejor conservado y, por tanto, más turístico es el de Badaling (a 80 kilómetros de la capital) pero si tienes ganas de más aventura no dejes de visitar las zonas de Simatai y Jinshanling con zonas aún sin restaurar.










Shanghái
El skyline de Shanghái es uno de los más impresionantes del mundo, sobre todo si se contempla desde el Bund, el malecón con aires coloniales de la ciudad. En la segunda capital de China no dejes de pasear por la bulliciosa y moderna Nanjing Road (la arteria comercial de Shanghái) pero también visita la Ciudad Antigua y adéntrate en los Jardines de Yuyuang, unos preciosos jardines privados del siglo XVI que te darán ganas de fotografiar en cada esquina.










Suzhou
“En el cielo está el paraíso y en la tierra están Suzhou y Hangzhou”, así reza un antiguo proverbio chino que describe a la Venecia china, Suzhou. A escasamente 30 minutos de Shanghái se sitúa una ciudad llena de canales, jardines y pagodas exquisitamente cuidados que convierten a esta ciudad en tu escapada perfecta de la jungla de rascacielos de su vecina.



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